Una vez has tomado la decisión, es esencial practicar la amabilidad con nosotros mismos. De alguna manera nos hemos ido enredando y ya no sabemos como hemos terminado con ese nivel de estrés, pero no es algo que hayamos elegido conscientemente. Lo único que podemos hacer ahora es des-hacer el lío 😉 Y para ello, nada mejor que empezar dándonos una gran dosis de aceptación, comprensión y cariño. Empezar observando los pensamientos saboteadores y a menudo crueles que se cruzan en nuestra mente y nos maltratan. Esos pensamientos que, expresados de mil maneras diferentes, nos hacen creer que no somos lo suficientemente buenos. ¡No te los creas! O, al menos, permítete empezar a ponerlos en duda. Esto hará que tu nivel de exigencia no alcance niveles absurdos e insalubres.
La amabilidad contigo mismo conduce al autocuidado. Siempre debería haber un tiempo para atender lo más importante de tu vida, y eso eres tú. ¿Hace cuánto tiempo que no te das un masaje, meditas o disfrutas de un baño relajante con tu música favorita? ¿Acaso crees que no tienes tiempo? ¡Tampoco te lo creas! Ese tiempo que te regalas te recarga, y se convierte en una energía muy poderosa a la hora de llevar a cabo las actividades de tu día a día
Para evitar el boicot del “no tengo tiempo” que mencionamos, resulta muy útil establecer una adecuada gestión del tiempo. Dedicar un ratito a organizar el tiempo que le quieres dedicar a cada actividad para cumplir con tus objetivos – dejando un margen para imprevistos – evita gran parte de las urgencias que generan estrés y ansiedad. Hoy en día existen aplicaciones maravillosas que te pueden facilitar mucho esta gestión. Una vez has organizado el día, sólo has de estar donde has decidido estar, no sólo con tu cuerpo, sino también con tu mente 😉
La mejor herramienta que conozco para que todo lo anterior se afiance en tu vida: estar donde has decidido estar, dejar ir los pensamientos boicoteadores, aprovechar al máximo el tiempo para que en tu vida quepa lo que realmente es importante para ti, ser amable contigo y con los demás, y vivir una vida en plenitud, sin ansiedad, es la práctica de Mindfulness o Atención Plena. No pierdas la oportunidad de incorporar esta práctica en tu vida, ya que posiblemente sea la mejor decisión que tomarás jamás.